Como ya hemos comentado en otros posts previos, Australia es inmensa!! Es un país gigante con millones de sitios que visitar y miles de sitios que no te puedes perder. En nuestro caso no hemos podido, ni de lejos, llegar a conocerlo todo. Cuando organizamos nuestro recorrido de 6 semanas por el país intentamos escoger varias partes del país que nos permitieran llevarnos una idea general de Australia. Así, incluimos sus 3 ciudades más importantes (Sídney, Melbourne y Perth), intentamos ver casi todos los animales autóctonos que existen en el país, visitamos las dos costas, fuimos a descubrir un pedacito de la zona sur, nos adentramos un poco en el «innland» del país (zonas más despobladas y remotas, alejándonos de las pobladas zonas costeras), condujimos muchos kilómetros por sus famosas e icónicas carreteras…
Este post no pretende ser una lista de todo aquello que no te puedes perder en tu viaje a Australia. Por desgracia, nosotros mismos tuvimos que renunciar a descubrir algunos sitios a los que les teníamos muchas ganas, como, por ejemplo; el outback australiano y el famoso Uluru. Este post es una lista con nuestras recomendaciones sobre algunos sitios y experiencias que te recomendamos vivir y experimentar si piensas visitar las antípodas. Como siempre pasa con este tipo de listas, se trata de un post bastante personal ya que cada persona tiene sus propios intereses y aficiones. Seguro que una gente incluiría muchas cosas más, otras personas quitarían cosas de la lista… En cualquier caso, esperamos que os gusten nuestras recomendaciones y que tengáis la suerte que tuvimos nosotros de poder descubrirlas y vivirlas en primera persona.
1. Estar ante un icono mundial como es la Opera House
Debe haber en el mundo pocos iconos tan fácilmente reconocibles y que se asocien tan directamente con una ciudad, e, incluso, con un país. La Torre Eiffel, el Taj Majal, El Coliseo, el Big Ben, el Empire State… y, por supuesto, la Opera House de Sídney. Es una de esas imágenes que todos tenemos guardadas en nuestra retina. Uno de esos sitios que parece que ya conoces aunque nunca hayas estado allí. ¿Quién no ha puesto las noticias el día 31 de diciembre a mediodía para ver los fuegos artificiales sobre la bahía de Sídney, con la Opera House al fondo?
Como siempre ocurre con estos sitios las expectativas son muy altas y siempre existe el miedo de que al llegar allí el sitio nos decepcione. No fue el caso con la Opera House. Nos encantó! Es una obra de arquitectura que no deja indiferente a nadie. Además, el entorno en el que está situada es inmejorable: en plena bahía de Sídney, con el puente de la bahía enfrente, los rascacielos de la ciudad detrás y los jardines botánicos de la ciudad al lado. Para poder disfrutar de esta increíble obra de arquitectura hay 4 puntos a los que debéis ir. El primero es el puente de la bahía. Desde allí tendréis las mejores vistas generales de la Opera House con la ciudad y toda la bahía. El segundo son los jardines botánicos, desde donde podréis tener la famosa imagen de la Opera House con el puente al fondo. El tercer sitio es la plaza de la Opera House. Desde aquí podréis recorrer y descubrir el exterior del edificio, ver de cerca sus texturas y el tamaño de sus originales bóvedas. Por último, si vuestro presupuesto lo permite (no fue nuestro caso), podéis pagar la entrada para visitar el interior del edificio. Y ya si os lo curráis un poco podéis intentar encontrar entradas baratas para asistir a algún concierto.
La mires como la mires la Opera House es muy bonita y encaja perfectamente en la fisionomía de Sídney. Cuando hagáis vuestro planning dejad al menos medio día para descubrir como se merece este emblemático edificio.
2. Intentar ver toda la fauna salvaje autóctona que tiene Australia
Debe de haber pocos países que tengan tanta flora y fauna salvaje que solo puede encontrarse en ese mismo país. Ese es el caso de Australia. Debido a su situación geográfica Australia posee un amplio número de animales que única y exclusivamente se encuentran dentro de sus fronteras. A los ejemplos más que conocidos de los koalas y los canguros, tenemos que añadir otros como los dingos, emus, wombats, quoakkas, diablos de Tasmania, ciertas serpientes…
Si sois amantes de la naturaleza debéis tener en cuenta esto a la hora de organizar vuestra ruta por Australia. Sobretodo si sois auténticos amantes de ver animales en libertad y en su hábitat natural, nada de zoos, reservas, y/o centros de conservación.
En nuestro caso teníamos claro que queríamos ver koalas en libertad. Ese fue uno de los motivos por el que dedicamos tantos días de nuestra ruta a la Great Ocean Road. En el caso de los canguros es fácil verlos en cuanto sales de las grandes ciudades. Los emus conseguimos verlos en la zona de Shark Bay, donde habíamos leído que había muchas probabilidades de verlos en libertad. Así que si ver animales autóctonos entra en vuestros planes, investigad un poco antes para no arrepentiros una vez allí. Y es que depende de que zonas del país visitéis puede que os llevéis el chasco de no poder ver koalas más que en el zoo, y no en su hábitat natural.
3. Descubrir lo fotogénicos que son Los 12 Apóstoles
Debe ser uno de los iconos más reconocibles de Australia. Están siempre en todas las listas de imprescindibles… y con toda la razón. Son unas extrañas formaciones rocosas que se encuentran en una zona determinada de la costa sur del país, entre Melbourne y Adelaida. En realidad no son 12, pero eso, además de importar poco, no le resta ni un ápice de interés y belleza. Iréis encontrando un montón de miradores distintos desde los que poder ir observando cada una de las formaciones que forman esta maravilla de la naturaleza. En algunos de estos miradores, como en el Gibson Stairs, puedes incluso bajar hasta la arena de la playa.
Hay muchísimos tours de un día que salen desde Melbourne hasta los 12 Apóstoles, recorriendo la Great Ocean Road. No os lo recomendamos. Si podéis alquilaros un coche y visitarlo a vuestro ritmo, mucho mejor. A la hora de visitar el mirador principal de Los 12 Apóstoles, os recomendamos que vayáis a primera hora, sobre las 7:00-7:30 de la mañana. Aún no hay turistas y podréis tener Los 12 Apóstoles solo para vosotros. Ver amanecer desde el mirador principal es algo mágico… Todos los miradores que os encontraréis son gratuitos, con amplias zonas de parking y baños públicos.
4. Recorrer por completo los 243 Kms de la Great Ocean Road
La Great Ocean Road es, junto con la Stuart Highway, la carretera más famosa y conocida del país. Uno de los principales atractivos de esta ruta es el hecho de que, más o menos en la mitad de la ruta se encuentran los famosos 12 Apóstoles. Pero hay muchas más cosas que ver y descubrir durante vuestra ruta por la Great Ocean Road.
Esta icónica carretera empieza en Torquay y termina en Allansford. Durante todo el recorrido, además de recorrer una bonita costa plagada de enormes acantilados y playas de aguas de intensos azules, iréis descubriendo el encanto de los pequeños pueblos costeros que se van estirando sobre la costa. Algunos bonitos, otros no tanto, unos mas grandes, otros muy pequeños… De cualquier manera la experiencia merece la pena.
Otro de los grandes atractivos de recorrer la Great Ocean Road es que tenéis muchas posibilidades de ver koalas en libertad. Y es que algunos de los mejores sitios para divisar koalas en su hábitat se encuentran en esta ruta. En el pueblo de Kennet River tenéis casi asegurado que veréis koalas. No os quedéis solo en la cafetería del pueblo, explorad un poco la carretera de gravilla que serpentea por el enorme bosque de eucaliptos. Otro buen sitio para ver koalas durante vuestro recorrido por la Great Ocean Road es la península de Otway. En nuestra ruta aprovechamos para quedarnos a dormir en un camping que hay allí, el popular Bimbi Park. Literalmente nos fuimos a dormir con dos koalas comiendo en la rama de encima de la furgoneta.
PRISMA CONSEJO Lo que os recomendamos, siempre que el tiempo y el presupuesto os lo permita, es que alquiléis un vehículo (coche o furgoneta) y le dediquéis al menos dos días/una noche a recorrer la Great Ocean Road y Los 12 Apóstoles. Merece la pena poder recorrer la zona con calma, pudiendo parar en los miradores, tomando café en los pueblos, buscando koalas en libertad. En nuestro caso le dedicamos 4 días a esta ruta y no nos arrepentimos para nada. Pudimos ver varias veces Los 12 Apóstoles, vimos muchísimos koalas en libertad y disfrutamos de una bonita carretera conduciendo a nuestro aire.
5. Estar en medio de la nada en Shark Bay
Cuando piensas en Australia piensas en inmensidad, en diminutos pueblos en medio de la nada, perdidos de la mano de Dios. Piensas en lugares remotos, aislados, prácticamente desconectados del resto del mundo. Lugares en los que tienes la sensación de ser la única persona en 200 kilómetros a la redonda. Pues eso mismo es lo que sentimos al llegar a Shark Bay. Podemos enseñaros la belleza de semejante lugar pero es muy difícil explicar con palabras lo que sientes cuando estás allí. Shark Bay es una región situada en la costa Oeste de Australia. Es Patrimonio de la Humanidad desde 1991, por su alto valor ecológico y por su enorme biodiversidad. Y eso se nota. El único pueblo que existe en esta región esta casi al final del cabo, frente al océano Índico, a más de 300 kilómetros del siguiente núcleo de población destacable.
Los 2 días que pasamos allí fueron, sin ningún tipo de duda, los mejores de todo el viaje por Australia. Playas vírgenes para nosotros solos, unos atardeceres de película, la tierra rojiza tan característica de este país, una fauna salvaje que te rodea mires donde mires: canguros al amanecer, emus cruzando por en medio del camino, tiburones, rayas… Lo dicho, un sitio que no te puedes perder si visitas este país.
6. Descubrir la Australia profunda
Estando en Australia leímos un artículo en el que se explicaba que el 85% de la población de Australia vive a menos de 5 kilómetros del mar. Australia posee una extensión de casi 7700 kilómetros cuadrados y una población de solo 25 millones de habitantes. Esto hace que una población de poco más de 3 millones de habitantes (la población de Barcelona) viva en un territorio equivalente a todo el continente europeo. Está entre los 3 países con menor densidad de población de todo el planeta Tierra.
Es por esto que a la que te alejas de las zonas costeras y te introduces, primero en el «innland»(como hicimos nosotros) y después en el outback; te encuentras cara a cara con la Australia de verdad. La Australia que te has imaginado durante toda tu vida: carreteras kilómetricas de asfalto rojizo, paisajes que recuerdan a Marte, pueblos de dos calles en medio de la absoluta nada, tramos de más de 200 kilómetros de carretera en los que no te cruzas con nadie, gasolineras por las que no ha pasado el tiempo… Es algo muy original y peculiar que, sin duda, hay que conocer y descubrir si se visita este país. En nuestro caso recorrimos casi toda la Great Innland Way. Es una ruta que une Sídney y Cairns, pero en vez de ir por la costa esta gran carretera se introduce unos 300 kilómetros hacia el interior del país. Durante el recorrido por esta ruta te vas encontrando con zonas muy despobladas, campos enormes poblados únicamente por enormes rebaños de ganado y pueblos en donde la vida y el tiempo discurren a otra velocidad. En definitiva sitios donde se vive una vida más pausada y contemplativa. Para que os hagáis una idea: son pueblos en los que el médico visita a sus habitantes con una avioneta o un helicóptero, el dentista pasa con un camión una vez al mes y donde para cortarse el pelo hay que esperar a que venga el peluquero en su ruta semanal.
7. Ver mil tonos de azul en las vírgenes playas de la costa oeste australiana
Y es que la costa oeste de Australia fue, probablemente, la mayor sorpresa que nos llevamos en nuestras 6 semanas de ruta. ¡Qué playas! ¡Qué color!¡Qué dunas de arena! Y lo mejor, te podías bañar tranquilamente sin miedo a morir por el roce de una medusa o por el feroz ataque de un cocodrilo. De todos los países que hemos visitado las playas de la costa oeste de Australia se han colado directamente en nuestro Top 3 de nuestras playas favoritas. Por lo cristalino de sus aguas, por lo blanco de sus enormes dunas de arena, por los miles de tonos de azul turquesa de sus aguas, por la fauna que puebla sus aguas…
Y es que, en nuestra opinión, la costa oeste australiana es la gran desconocida. Más de 7000 kilómetros de costa prácticamente virgen desde Adelaida hasta Darwin que harán las delicias de los amantes de la playa y los paisajes irreales.
8. Perderse por las calles de Fitzroy y St Kilda, los barrios más vibrantes de Melbourne
Melbourne es, junto a Sídney, una de las dos principales ciudades de Australia. Y lo es por méritos propios, nos encantó desde el primer día. Es una ciudad enorme, llena de vida, con mucha actividad, mercadillos, tiendas, restaurantes, museos, barrios muy auténticos con vida propia… Y de todos los barrios que tiene Melbourne, FitzRoy y St Kilda fueron los que más nos gustaron. Son barrios muy cosmopolitas con muchísima vida en sus calles. Son los barrios “hipsters” de la ciudad. En ellos podéis encontrar los mejores restaurantes, pubs, cafeterías, tiendas de moda, antigüedades, barberías súper molonas… Son barrios por los que merece la pena deambular sin rumbo fijo, perderse y encontrar pequeños rincones muy originales.
La zona de Fitzroy está situada en la zona central de la ciudad y tiene un look más urbano e industrial. Pequeños edificios de ladrillo de una o dos alturas pueblan sus calles. Es una zona lúdica donde siempre está pasando algo. Por su parte St Kilda se encuentra al suroeste de la ciudad, en la zona costera. Es una zona más tranquila y residencial, con pequeñas casas de dos plantas de bonitas fachadas. Hay muchos restaurantes y mercadillos callejeros. Además aquí se encuentra el Luna Park, los famosos pingüinos del muelle y las fotogénicas casitas de colores de la playa de Brighton (están a tiro de piedra si alquiláis una bici y vais dando un paseo por la costa).
9. Vivir el auténtico ambiente surfeta australiano en el pueblecito de Byron Bay
Byron Bay fue uno de los pueblecitos de la costa este que más nos gustaron. Es un pueblo situado al sur de Gold Coast y la imagen que te viene a la cabeza cuando piensas en el típico pueblo surfero de Australia. Es un pueblecito pequeño con mucho que ofrecer. Tiene una de las playas más bonitas que vimos en Australia, la 7 Mile Beach. Kilómetros y kilómetros de playa virgen sin nada más que arena, palmeras y un agua cristalina.
Además de su famosa playa también tiene un faro muy bonito con unas vistas espectaculares. Es una de las excursiones que hay que hacer si visitáis este pueblo, subir caminando a ver amanecer desde el faro. Es un pueblo que se está poniendo de moda, lo que hace que esté creciendo y que, desgraciadamente, cada vez sea visitado por más gente, con el riesgo que eso conlleva. Es donde vive la Pataky con su “Thor”, donde vive Miley Cirus y donde, recientemente, se acaba de mudar Matt Damon. Si tenéis pensado recorrer la costa este de Australia es una parada obligatoria en vuestra ruta.
10. Bucear en el SS Yongala, una de las mejores inmersiones del mundo
Esta recomendación solo os sirve si sois amantes del submarinismo 😉 Cuando piensas en bucear en Australia lo que irremediablemente te viene a la cabeza es la Gran Barrera de Coral. Sin embargo, muy cerca de la ciudad de Townsville se encuentra hundido el barco SS Yongala, un buque de pasajeros de 107 metros que se hundió en 1911. Después de tanto años se ha acabado cubriendo por completo de coral y se ha llenado de vida. Busques donde busques siempre encuentras que la inmersión en el Yongala aparece en todos los rankings de las mejores inmersiones del mundo. Y aparece con toda la razón. Rosa y yo hemos sido afortunados. En estos más de 6 años que llevamos buceando hemos tenido la suerte de bucear en el Caribe Mexicano, en el Mediterráneo, en Sri Lanka, en Tailandia, en Filipinas y en Indonesia. Y las dos inmersiones que hicimos en el Yongala han sido de las mejores que hemos hecho nunca!!
La cantidad de peces que tienes a tu alrededor durante toda la inmersión y el coral que recubre todo el casco del barco hacen de esta inmersión algo irrepetible y único. Tiburones, barracudas, jacks, mackerels, tortugas, millones de peces, morenas, serpientes marinas, meros del tamaño de un coche, y así sin parar!! Así que ya sabéis, si sois buceadores y vais a visitar Australia sí o sí tenéis que bucear en el Yongala. Eso sí, son pocos centros de buceo los que organizan salidas al Yongala, así que conviene que reservéis con antelación si no queréis arriesgaros. En nuestro caso buceamos con la empresa Yongala Dive, y la experiencia fue perfecta; os lo recomendamos al 100%. Es el centro que más cerca se encuentra del punto de inmersión, lo que os asegura que máximo haréis unos 40minutos en barco para llegar.
11. Conocer alguna de las increíbles islas de la costa este
Es inevitable. En cuanto pones en Google “costa este Australia” aparecen fotos increíbles de pequeñas islas de arena blanca con aguas cristalinas de un color turquesa intenso como no has visto nunca. Fraser Island, Whitsunday Islands, Magnetic Island… En algunas de estas islas no hay absolutamente nada y la única opción de visitarlas es con un tour organizado. Estos tours pueden llegar a costar hasta 160$ (como la de Fraser Island). Es por eso por lo que, en nuestro caso, decidimos visitar Magnetic Island. Por dos motivos. El primero por un tema de presupuesto, ya que era mucho dinero para nosotros dos. El segundo motivo era que la previsión del tiempo no acompañaba mucho, con lo que no queríamos arriesgarnos a pagar semejante cantidad de dinero y que se nos pusiera a llover.
Magnetic Island resultó ser una grata sorpresa. No es tan turística como cabría esperar, tiene unas playas espectaculares y unos trekkings muy sencillos que te permiten recorrer parte de la isla caminando. Es la opción más barata, ya que el ferry de ida y vuelta solo cuesta 30$. Una vez allí hay unos autobuses que hacen una ruta circular por la isla. Aunque también puedes alquilarte unas bicis, unas scooters o unos mini coches 4×4 que parecen sacados del garaje de la barbie…
12. Visitar la selva más antigua del planeta en Cape Tribulation y Daintree
“Donde la selva se junta con la barrera de coral”. Este es el eslogan turístico de esta región, lo que ya te da una idea de lo que te vas a encontrar. Y es que la zona del Daintree y Cape Tribulation son consideradas la selva más antigua del planeta.
Lo mejor para visitar esta zona es montar base en Port Douglas y aprovechar para, además de visitar la barrera de coral, hacer una excursión y descubrir sus densos bosques. Para llegar a Cape Tribulation nosotros alquilamos un coche y subimos conduciendo. Son unos 85 kilómetros de camino hasta que llegas al parque nacional. Allí hay varios caminos y miradores que puedes recorrer a tu aire. A la vuelta hay que hacer parada obligatoria en el “Mossman Gorge”, para adentrarse un poco en el Daintree Forest. Es una ruta de una hora y media aproximadamente en la que vas remontando el cauce del río Mossman, mientras vas descubriendo árboles milenarios y una densa vegetación verde. Os recomendamos que esta excursión la hagáis por vuestra cuenta. Alquiláis un coche y vais recorriendo el camino a vuestro aire. Ahorraréis dinero y lo disfrutaréis más.
13. Ver un cielo estrellado como no has visto nunca
Australia es inmensidad. Al ser un territorio tan vasto y tan despoblado las condiciones para ver las estrellas son casi siempre perfectas. A excepción de las grandes ciudades, en el resto de zonas del país la contaminación lumínica es nula. Si a esto le añadimos una geografía prácticamente plana tenemos las condiciones perfectas para admirar las maravillas del firmamento. En nuestro caso donde mejor vimos las estrellas fue en la costa Oeste del país y en la zona del «Innland».
14. Flipar con paisajes que parecen sacados de otro planeta
Tierra roja como si estuvieras en Marte. Cañones enormes formados por miles de años de erosión. Pináculos de roca erigidos en medio de un desierto de un color amarillo intenso que parece irreal. Dunas gigantes en las que poder hacer «sand board». Y es que en Australia te puedes encontrar con paisajes y lugares que no parecen de este mundo, lugares que merece la pena visitar y ver con tus propios ojos.
15. Sentirte como un australiano más comiendo en las barbacoas públicas
Es el hobby nacional y eso se nota. En cualquier pueblo al que llegues te encontrarás con una barbacoa pública gratuita. Siempre suelen estar situadas en los parques o en las zonas de playa. Es el punto de reunión de las familias australianas. Allí pasan sus días libres, cocinando carne en la barbacoa y bebiendo cerveza fresca. Llama mucho la atención cuando llegas allí. Son planchas de acero bajo una zona techada. Aprietas un botón y ya está, a cocinar! Es un recurso muy recurrente a la hora de cocinar cuando viajas con la furgoneta. No cuesta dinero, no ensucias tu furgoneta y no gastas el gas de tu cocina. Además de que luego comes allí mismo, frente a una playa o en un parque repleto de gente haciendo lo mismo que tú. Antes o después acabaréis en una de estas.
16. Conducir horas y horas por carreteras rectas infinitas
A los propios australianos les aburre pero a nosotros nos encantó. Kilómetros y kilómetros de carretera recta, con el mismo paisaje todo el rato. Es algo que no habíamos visto nunca antes. Quizás algo parecido conduciendo por Estados Unidos, en nuestro viaje por la costa oeste americana; pero no a este nivel. Y es que en algunos tramos llegamos a hacer 400 kilómetros de carretera recta. Os lo prometemos! En 400 kilómetros de recta solo nos encontramos con una curva… Y no veas la fiesta que montamos al cogerla! 😉
Son carreteras de un solo carril por sentido en los que te relajas y te fundes con el paisaje, vas pensando en tus cosas, viendo el paisaje por la ventanilla y saludando con un leve movimiento de mano al único coche con el que te vas cruzando cada hora. Una experiencia difícilmente repetible en cualquier otro país.
17. Ver las piscinas más originales del mundo
Piscinas construidas en la misma costa, en las rocas donde rompen las olas, que se llenan del agua del mar que salpican las olas al romper con el bordillo. Toda la costa del país desde Melbourne hasta Sídney está plagada de este tipo de piscinas. Algunas no son más grandes que una cocina pero otras son auténticas piscinas olímpicas, como una de las más famosas y fotografiadas, que se encuentra en la conocida y molona playa de Bondi Beach a las afueras de Sídney. Son zonas seguras para el baño, protegidas de las famosas y peligrosas “rip currents” que se dan en esta zona del país. Imperdonable no darse un bañito en una de estas originales piscinas.
18. Ver unos atardeceres que te dejan sin aliento
Algunos de los atardeceres que vimos en Australia fueron espectaculares. Quizás eran tan bonitos por el entorno en el que los veíamos: en medio de la nada y rodeados de una tierra de un color rojo tan intenso. Y eso que no nos dio tiempo a recorrer el outback australiano, que es donde, dicen, se ven los mejores atardeceres de todo el país. Así que imaginaos!
19. Intentar que no te coma un cocodrilo (o te toque una medusa) en las bonitas playas de la costa este
Si recorréis la costa este australiana os encontraréis con unos carteles muy recurrentes en las playas y ríos. “Atención, no bañarse en esta aguas. Peligro de muerte por ataque de cocodrilo”.
Lo mismo ocurre con las medusas Y no exageran.Esto ocurre, más o menos, en la zona que va desde Darwin hasta casi Brisbane. Son playas de postal en las que la única pega es que no te puedes bañar. El riesgo de accidentes es alto. En algunas playas, sobretodo las situadas en zonas más turísticas , veréis que tienen instalado un sistema de redes de protección para que la gente se pueda bañar. Aún así, varios australianos con los que coincidimos hicieron hincapié en que pese a la redes de seguridad, lo mejor era no meterse en el agua. Así que ya sabéis os lleváis un buen libro, unas palas, unos sudokus… pero pisar el agua ni se os ocurra 😉
20. Maravillarse ante el intenso verde de Queensland
Y es que este enorme estado de la costa este australiana es conocido por sus extensos y kilométricos campos verdes.
Queensland tiene una marcada temporada de lluvias (normalmente entre febrero y abril), lo que la convierte en una tierra fértil y llena de plantaciones de todo tipo. Conducir por Queensland es hacerlo por kilómetros y kilómetros de praderas verdes, enormes cascadas y playas con enormes palmeras en la arena. Si visitáis este bonito estado no podéis perderos las tranquilas playas de Mission Beach, la zona de la meseta de Atherton, la desembocadura de Hichinbrook, visitar el Daintree Forest y Cape Tribulation o daros un baño en alguna de sus múltiples cascadas naturales.
21. Ahondar un poco en el origen “presidiario” de Australia
Todo el mundo tiene conocimiento de que Australia fue fundada como una colonia británica con el objetivo de enviar allí a presidiarios y maleantes para así liberar espacio en sus hiperpobladas prisiones. Sin embargo, es muy interesante ahondar un poco en el origen de Australia para descubrir un poco más de su pasado. Así podréis descubrir que la mayoría de “presos” que fueron llevados a Australia solo eran culpables de delitos menores, como pequeños hurtos o irrisorias deudas. Fue la mano de obra proveniente de los barcos de presos que mandaba la corona británica los que empezaron a construir el país, los que empezaron a levantar carreteras e infraestructuras. Hay varias cárceles y prisiones de la época que se pueden visitar y en las que podréis aprender un poco más sobre el interesante origen de este país. Nosotros visitamos la cárcel de Fremantle (Perth) y el museo de “The Rocks” en Sídney.
22. Poder decir que has estado en las antípodas
Eso no es algo que pueda decir todo el mundo… Haber estado literalmente en la otra punto del mundo es uno de esos sueños viajeros que mola mucho cumplir, una de esas aventuras que merece la pena vivir y disfrutar.
Evidentemente esta lista no está completa del todo y hay muchos lugares de Australia que nos dejamos en el tintero. Sinceramente es un país al que nos gustaría muchísimo poder volver. Recorrer el parque nacional del Karijini, conducir por las carreteras del Northern Territory, ver amanecer sobre el monte Uluru, recorrer la isla de Tasmania… Se dice que vale la pena dejarse cosas por ver, para asegurar tu vuelta… Ojalá sea así!
Animaros y dejad en los comentarios cuáles son vuestras recomendaciones, qué sitios echáis de menos en la lista, si estáis de acuerdo con nuestra selección… Y si estáis pensando en viajar a Australia no dudéis en leer nuestros posts Guía para alquilar furgoneta, campervan o caravana en Australia y nuestros Consejos para recorrer Australia en furgoneta, campervan o caravana. ; )
Me ha parecido super interesante todo tu post! Gracias a él, hoy me he podido duchar en unos baños en la mitad de Sydney 😉
Muchisimas gracias!
Gracias Sara por tu comentario! que bien que te haya dado alguna idea!: )
disfruta de tu viaje por Australia!
un saludo!!!
rosa&luis