La Habana es una ciudad que atrapa y es muy complicado no enamorarse de ella: su gente, los muchachos que corren por las aceras, las chicas que se pasean, sus calles, sus fachadas coloniales, las conversaciones que se oyen en cada esquina… en definitiva, la atmósfera que rodea la ciudad. Si siempre es duro volver a casa después de vacaciones, estando en Cuba hay que hacer un doble esfuerzo para ir al aeropuerto y subirse al avión…
La Habana Vieja es lo que más se parece al casco antiguo de una ciudad europea. El entramado de sus calles, sus adoquines, sus plazas, sus balcones, sus terrazas y cafeterías… Después de vivir una temporada larga en un sitio tan diferente como Playa del Carmen, llegar a La Habana nos resultó como volver a Mallorca o Barcelona.
Para visitar esta parte de la ciudad, descubrir su historia y entender cómo movernos por ella, decidimos recorrer la Habana Vieja con nuestro nuevo amigo Elio y su landa verde. En principio iba a ser un tour por la ciudad de unas 3 a 4 horas… pero acabamos pasando todo el día con él e, incluso, tomando café y ron cubano en su casa con su mujer… Y acabamos volviendo a nuestra casa ya a la hora de cenar!
La mejor manera de conocer La Habana Vieja es hacerlo a pie. Por lo que es imprescindible que os calcéis unos buenos zapatos. Parece una tontería pero uno se pone a caminar… y ya que estamos aquí, vamos a llegar hasta ahí…. Si vuestra idea es recorrer la Habana Vieja en un solo día… preparaos para una día largo e intenso. También os diríamos que os llevéis al menos una botella de agua. Estando en Mayo nos sorprendió el calor que hacía y eso que veníamos del país vecino…el sol caía a plomo y, por raro que parezca, a veces nos costaba encontrar donde comprar una botella de agua…
El nombre de Habana Vieja puede confundirnos y puede que pensemos que esta parte de la ciudad sea la que peor conservada esté. Todo lo contrario. Habana Vieja se refiere más a la importancia histórica que se concentra en esta parte de la ciudad. Muchos de sus edificios están restaurados, tienen las fachadas muy limpias y están en perfecto estado. Hay un organismo estatal que se llama “Oficina del historiador” que es una oficina dedicada a la restauración y proyección del patrimonio nacional cubano. En la Habana Vieja no es donde encontraréis las fachadas decadentes de edificios coloniales y bullicios de gente local en la calle, para eso tendréis que cruzar hasta Centro Habana. En la Habana Vieja os encontraréis edificios con más historia y plazas más turísticas.
Nosotros empezamos el día subiendo a El Morro a las 9h de la mañana. Si uno se levanta un poco temprano ve como la ciudad se va poniendo en marcha y evita cruzarse con tanto grupo de turista. El Morro es una de las antiguas fortalezas que defendían la ciudad. Fuimos los primeros en llegar y así tuvimos toda la muralla para sacar la mejor foto de la bahía de La Habana. Desde ahí se tiene una de las mejores panorámicas de La Habana, ideal para ubicarse, se alcanza a ver todos los barrios de la ciudad: la Habana Vieja, Centro Habana, e incluso el Vedado y Miramar.
Después de El Morro bajamos directos al centro a ver las cinco plazas de La Habana Vieja.
Recorriendo las 5 plazas de La Habana Vieja
1. La Plaza de Armas
Aparcamos cerca del malecón y empezamos a caminar entrando por la Plaza de Armas donde está el Templete, que es el lugar donde se fundó la ciudad de La Habana. La Plaza de Armas era la antigua Plaza Civil y a día de hoy se encuentran varios edificios importantes del gobierno, como la Biblioteca Nacional.
La mayoría de días alrededor de esta plaza se colocan libreros y vendedores de antigüedades y curiosidades. Si buscáis algún libro, postal vieja, algún pin o algún poster este es un buen sitio.
En el lado opuesto de la plaza, frente al Palacio Municipal no os fijéis solo en los amplios arcos y los enormes ventanales y mirad al suelo. Fijaros que no son baldosines o cemento…sino que el suelo está hecho de madera! Así las antiguas carrozas y caballerías no molestarían a los ilustres vecinos!
En ese mismo lado de la Plaza está la calle Obispo: es una de las arterias principales de la ciudad y la cruza por completo. Si os perdéis en algún momento, preguntad por calle Obispo para reubicaros. Si os adentráis en ella descubriréis una de las fachadas más fotografiadas de la ciudad, la del Hotel Ambos Mundos. El escritor Ernest Hemingway se alojó en este hotel durante sus constantes visitas a Cuba y no fue hasta pasados diez años que dejó el hotel y se compró una casa en la ciudad. Con una marcada relación con este país fue en Cuba donde escribió su famosa novela de «El viejo y el mar«. Se puede visitar la que fue su habitación.
2. La Plaza Vieja
Callejeando un poco más se llega a la siguiente plaza, la Plaza Vieja, fácil de reconocer por sus coloridas fachadas. Ahí os recomendamos que para recuperar fuerzas, os sentéis en la terraza del Café El Escorial. Es de los cafés más ricos que uno puede tomar y, a pesar de haberse convertido en un sitio muy turístico, los precios siguen siendo razonables. Si estáis pensando en comprar café para llevaros éste es también un buen lugar.
Al otro lado de la cafetería en la misma Plaza Vieja se encuentra “la Cámara oscura”. Cuesta 2 CUC por persona y abre de 9.00 a 16.45. Es una atracción particular en la que ver la ciudad desde un dispositivo de cámara oscura. Si os toca esperar turno una vez arriba, no perdáis la oportunidad de pasar a la terraza del edificio, las vistas son impresionantes y podréis ver incluso el mismo Capitolio. Parece ser que hay pocas cámaras oscuras en el mundo aún en funcionamiento. Nosotros en nuestro viaje a San Francisco descubrimos que había una cámara oscura pero nos la encontramos cerrada…. Así que visitar la cámara oscura cubana fue un puntazo y una misión cumplida! Si os gustan las cámaras oscuras y queréis averiguar en qué lugares del mundo podéis encontrar una pinchad aquí.
Si estando en esta zona ya tenéis hambre, en una de las calles colindantes a la Plaza Vieja, la calle San Ignacio, hay un pequeñísimo restaurante llamado “Los griegos”. Es una opción muy buena y barata para comer. Por menos de 5 CUC se puede beber y comer una especie de pita griega con patatas fritas dentro! La verdad que es una opción muy barata comparada con la multitud de restaurantes y terrazas que veréis por la zona turística.
3. Plaza de la Catedral
Dejando la Plaza Vieja se llega a la Plaza de la Catedral, lugar donde encontraréis mayor concentración de “mujeres cubanas” ofreciéndose para posar para vuestras fotos. Recordad que tras la foto no vale huir y hay que darles un 1CUC como mínimo.
Para comer decidimos hacerlo justo detrás de la Plaza de la Catedral, en el callejón del Chorro, en el Paladar de Doña Eutimia. Es un restaurante muy cuco justo pegado al Taller Experimental de Gráfica y es la terraza con más sombra durante todo el día. Lo que sin duda debéis comer es el plato típico de Ropa Vieja. Recordad que no vale pedir Coca Cola. La opción cubana es Tukola, que no tiene nada que envidiar a la opción americana. Para comer aquí hay que ir pronto o con reserva hecha ya que es de las opciones más populares de la zona. Nosotros gastamos un poco más de nuestra media diaria, unos 25CUCS entre los dos, pero merece la pena para disfrutar de la auténtica comida casera cubana.
Nuestro gran descubrimiento del viaje fue el Taller Experimental de Gráfica. Lo encontraréis en el mismo callejón del Chorro. Está completamente abierto al público y aunque veáis toda la maquinaria por en medio y cantidad de cuadros y piezas, que no os de vergüenza entrar y pasar un rato en este espacio. Para nosotros es de los lugares con más encanto que descubrimos de La Habana Vieja. Podréis ver exposiciones temporales, artistas en plena faena, talleres en marcha… Confesamos que nos pasamos horas ahí…. mirando, pasando el rato, entablando conversaciones con los artistas…
Después de recorrer casi todas las plazas de La Habana Vieja y caminar tantas horas bajo el sol …. Lo suyo es subir la tensión con un buen mojito. Y para mojito no hay sitio más famoso que la Bodeguita de El Medio. Justo enfrente de la Catedral, en la calle del Empredrado, es donde está el bar. Hay mucha gente que se para delante, tira varias fotos y se marcha. Nosotros no queríamos hacer sólo la turistada, así que nos sentamos en la barra a beber uno de los mejores mojitos de la ciudad. Es cierto que el precio es algo más caro de lo habitual, 5CUC por mojito, cuando lo normal son de 2 a 3CUC máximo… pero el lugar tiene mucho encanto, la mayoría de veces hay música en directo, y los camareros son libros vivientes de historia. Pueden llegar a contarte historias surrealistas como las de Sabina y sus whiskies que nos contó Antonio…
4. Plaza de San Francisco de Asís
Después de la comida en el Paladar Doña Eutimia, la sobremesa en el Taller de Gráficas y el mojito en la Bodeguita de El Medio, seguimos caminando para llegar a la Plaza de San Francisco de Asís. El nombre de la plaza viene por el bonito Monasterio que hay en ella. En la actualidad le han dado un uso más “social” y moderno ya que es una sala de conciertos. Ah! Si necesitáis cambiar dinero en la misma plaza tenéis una oficina de Cadeca, y si sois de los que seguís enviando postales por correo, la oficina de Correos también está en esta plaza. Si compráis sellos veréis que podréis elegir por avión o por modo tradicional…
Si tenéis que comprar souvenirs y seguís teniendo fuerzas, podéis acercaros al Centro cultural antiguos almacenes de depósito San José. Es una nave en la zona portuaria donde encontraréis la mayor concentración de puestos de souvenirs de la ciudad. Para llegar ahí basta dejar la Plaza de San Francisco de Asís por la carretera principal dirección a la Estación de Ferrocarriles y, en menos de diez minutos, encontraréis las puertas principales decoradas con dos antiguos vagones de tren. En el mercado podréis encontrar desde sombreros cubanos y cuadros hasta 12 imanes por 5CUC. Un dato útil para aquellos que necesitan internet: en este mercado hay una oficina de Etecsa en la que comprar tarjetas para conectarse al wifi público.
5. La plaza del Cristo
La mejor forma de acabar el día es hacerlo en la última y quinta plaza: la Plaza del Cristo. Es la menos turística de las cinco y la que tiene más vida local. En cierto modo a nosotros nos recordó muchísimo al Raval de Barcelona. Llegamos a esta plaza por la calle La amargura, una calle superauténtica que tenéis que recorrer si queréis descubrir la auténtica vida cubana: niños corriendo, gente haciendo vida en la calle, coches destartalados, calles menos limpias y más desordenadas, bicitaxis en cada esquina, tiendas y puestos de comida…
Una vez en la Plaza del Cristo, si os habéis quedado con ganas de más mojitos un buen plan es subir a la terraza de El Chanchullero. Por 2CUC sirven los “mojitos pelotazos”, así fue como los apodamos nosotros 🙂
Al salir de la plaza del Cristo llegaréis fácilmente al Capitolio. Cuando estuvimos nosotros estaba en remodelación y parte de la fachada estaba cubierta con andamios, pero sigue siendo de los lugares más míticos y reconocibles de la ciudad. Si os gusta el teatro, justo pegado al Capitolio está el Gran Teatro, lo que antes era el Centro Gallego. Tienen una cartelera con actividades y funciones todas las semanas. Veréis que el precio para el cubano son apenas 2 CUCS, y para el extranjero son 15CUC.
Muy cerca de ahí hay otro de los míticos bares de la ciudad, La Floridita, también conocida a raíz de las visitas constantes del escritor Ernest Hemingway. Aquí más que mojito lo suyo es tomarse un Daiquiri, de hecho le conocen como “la cuna del Daiquiri”. Nosotros no entramos porque justo cuando íbamos a hacerlo un autobús lleno de turistas aparcó delante y empezó a descargar gente que entraba al bar…. Sí, Cuba empieza a abrirse y el turismo ya se nota cada vez más….
En esta zona al límite entre Centro Habana y la Habana Vieja es algo difícil tomar la decisión de donde comer, hay desde bares para locales en calle San Rafael, con sus hamburguesas y pizzas, hasta restaurantes de primera categoría cerca del Capitolio. Nosotros entramos en calle Obispo y encontramos una opción intermedia, un Paladar llamado La Caribeña, donde ofrecían un menú del día con postre, bebida y café por 8CUC. Un platazo de comida cubana muy sabrosa en una de las calles más turísticas de la Habana. Este paladar está en el número 408 justo delante de El Patio de los Artesanos, ideal para aquellos que tienen ganas de comprar souvenirs.
Volviendo al Capitolio y justo enfrente del Gran Teatro está la parada de taxis americanos más famosa o, al menos, más concurrida de la ciudad. Es inevitable pasar por delante y posar para una buena foto ; ) Bajando la calle encontraréis el Paseo del Prado, donde muchos cubanos se reúnen a pasar la tarde, a jugar al ajedrez, a tomar el fresco…. Y bajando todo el Paseo iréis a pegar a uno de los tramos del famosísimo malecón de la Habana.
Para acabar el día y ser testigo de una tradición viva con más de 200 años de historia, nosotros subimos de nuevo a la Fortaleza (os acordáis de las 9 de la mañana en el Morro? Pues ahí cerquita…) para ver así el Cañonazo. Antiguamente marcaba el cierre de las murallas de la ciudad. Si podéis no dudéis en ir ya que además podréis ver también un atardecer inigualable desde las mismas murallas.
La ciudad de la Habana no es sólo La Habana Vieja sino que hay otros rincones por descubrir como Centro Habana y sus calles, o la zona más residencial de El Vedado y Miramar.
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