uPuebla, o, mejor dicho, Heroica Puebla de Zaragoza; es una ciudad que merece la pena visitar si se está en la Ciudad de México, si se va a pasar cerca de ella o si se está por la zona centro del país. Con un centro histórico colonial conservado en muy buen estado y con gran parte de sus edificios completamente restaurados ofrece también una muy variada oferta gastronómica. Además, es una ciudad con mucho peso en la historia mexicana, ya que ha sido testigo de algunos de sus momentos más claves.
Por todo ello os recomendamos que paséis uno o dos días en Puebla.
Fachada del Palacio Municipal de Puebla.
¿Cómo llego hasta Puebla?
En la ciudad de Puebla hay un aeropuerto y una gran terminal de autobuses. Depende de en qué parte de México estéis para saber cual es la mejor opción. Nosotros visitamos Puebla cuando estábamos en Mexico DF. Agarramos un autobús del ADO que cuesta unos 300 pesos. Recordad que podéis encontrar un precio más bajo si lo compráis online, nosotros cuando fuimos a Puebla aún no estábamos al tanto de las ofertas online… El trayecto dura aproximadamente dos horas y fijaos que llegáis a la estación CAPU, que es la principal. Una vez en la estación lo más sencillo es bajar en taxi y os costará unos 60 pesos.
¿Dónde me alojo en Puebla?
Lo mejor cuando vayáis a Puebla es que os alojéis en uno de los muchos hoteles y/o hostales que hay en el centro de la ciudad, en los alrededores del Zócalo y del Casco antiguo de la ciudad. Prácticamente toda la ciudad de Puebla se puede recorrer caminando así que si vuestro alojamiento está por la zona centro os ahorraréis taxis y disfrutaréis más de la ciudad.
Nosotros nos quedamos en el Hostal 202. El sitio no es ninguna maravilla, y no os esperéis un hostal al uso. Es un hostal muy pequeño que lleva poco funcionando y aún le faltan muchas facilidades. Pero es una opción barata y céntrica si lo que buscáis es un sitio sólo para dormir. Nosotros pagamos 230 pesos por una doble por noche con desayuno incluido. Pero si buscáis algo un poco mejor hay muchos otros hoteles y hostales en la zona.
¿Qué ver en Puebla? Recorrer la ciudad a pie.
El Zócalo y el Palacio Municipal son, como en prácticamente todas las ciudades de México, visita obligada. La verdad es que el Zócalo de Puebla tiene muchísima vida y siempre está lleno de gente paseando por la plaza, charlando en los bancos, tomando un café…
El Zócalo de Puebla visto desde el balcón del Palacio Municipal.
En uno de los lados del Zócalo está el Palacio Municipal, que también se puede visitar. Los domingos se ofrecen visitas guiadas gratuitas (se deja la propina que cada uno quiera) en las que, mientras se visitan las diferentes estancias y rincones del Palacio, se explica la historia de Puebla y su importancia en la historia de México.
La Catedral de Puebla merece también dedicarle un rato. Está en el mismo Zócalo en el lado opuesto al Palacio Municipal. Es una catedral de estilo barroco muy bien conservada y, al estar enclavada en la amplia plaza del Zócalo, permite una gran perspectiva para poder admirar la estructura y sus detalles. A la vuelta de la esquina, en la calle paralela, la Avenida 5 Oriente 5, se encuentra la Biblioteca Palafoxiana. El obispo Palafox donó su biblioteca personal, compuesta de cinco mil volúmenes para que fuera consultada por todos aquellos que quisieran estudiar, y puso una única condición: que estuviera abierta al público y no sólo a eclesiásticos y seminaristas. El único día que está cerrada es, como casi todo en Puebla y Ciudad de México, el Lunes. Desgraciadamente no cuadramos los días y nos la perdimos…
Casa del Alfeñique.
Como veis prácticamente lo más destacado para visitar se encuentra en la zona del centro de la ciudad. Así que nuestra recomendación es que caminéis tranquilamente por todo el centro histórico de la ciudad. El centro histórico está muy bien conservado y ofrece una gran imagen de la típica ciudad colonial mexicana. De hecho, toda la parte central y el casco antiguo de Puebla fueron declarado Patrimonio de la Unesco en 1987 por sus monumentos, calles, plazas, jardines, balcones, etc.
En vuestro paseo por Puebla no dejéis de pasar por el Callejón de los Sapos. Es una pequeña calle llena de tiendecitas de muebles antiguos. Es una calle con mucho encanto. Al dejar la calle si seguís caminando callejeando por la zona acabaréis llegando al Mercado del Parián. Es un mercadillo donde podéis comprar infinidad de cosas, desde dulces típicos poblanos a artesanías, ropa o souvenirs. También haced una parada si podéis en la Casa del Alfeñique.
Puebla es una de esas ciudades en las que lo que hay que hacer es empezar el día pronto e ir caminando tranquilamente sin prisas por la ciudad. Al lado del Palacio Municipal encontraréis un punto de información, en el que os facilitaran un mapa de la ciudad. Empezáis allí y a caminar!
¿Dónde comer en Puebla?
«Chucherías» poblanas.
La gastronomía poblana es muy variada y sabrosa, y lo más conocido podría decirse que es el mole poblano. En la plaza del Zócalo veréis que hay infinidad de restaurantes y terrazas. Nosotros no recomendamos mucho comer allí, son los típicos sitios para turistas y la comida no es nada del otro mundo. Nosotros os recomendamos comer en dos sitios. El primero, La fonda de Santa Clara. Está en la Avenida 3 Poniente, que es una de las calles que desemboca en el Zócalo. Si vais allí os recomendamos probar el pollo con mole poblano y alguna de las cervezas artesanas que ofrecen. Si sois más atrevidos y es temporada, podéis probar los “chapulines” o las “huevas de hormiga”.
La segunda opción es una opción un poco más cara pero merece la pena si se quiere probar la auténtica comida poblada con toques modernos. El restaurante se llama “El mural de los poblanos” y está en la calle 16 de Septiembre. Si vais allí os recomendamos que probéis la degustación de moles (son cinco moles diferentes servidos con la carne que se elija: cerdo, pollo o pato) y los tacos árabes, que están exquisitos. Los entrantes y los postres también están muy ricos.
Puebla, la ciudad de las 1000 iglesias.
Si algo hay en Puebla son iglesias. No sé si llegan a las 1000 pero, desde luego hay muchísimas! A medida que vayáis caminando por sus calles os daréis cuenta que en cada cruce siempre se puede divisar, como mínimo, un campanario de alguna iglesia. De hecho, en un cruce concreto de la ciudad llegamos a divisar 4 iglesias diferentes, una en cada una de las calles que desembocaba en el cruce… a ver si lo encontráis! 😉
Lucha libre mexicana
Debe ser una de las cosas más auténticas y con más folclore de México. Desde que llegamos a México yo siempre había querido ir así que cuando organizamos nuestros viaje a la Ciudad de México y Puebla no lo dudé. En estas dos ciudades hay combates, más o menos de forma regular, así que no es difícil que os coincida alguna velada mientras estéis allí. En la página de ticketmaster podéis ver el calendario de próximas peleas.
En nuestro caso al final fuimos a ver la velada de combates en la Arena de Puebla. Sin duda alguna es una experiencia única y muy divertida. Rosa no estaba muy motivada con el tema y al final de la noche (la velada dura dos 2 horas y son como 5 combates) estaba casi más contenta ella que yo. Hay varias opciones de entradas, los asientos a pie de pista o la grada general. Por la diferencia de precio os recomendamos los asientos a pie de pista, que es lo compramos nosotros. Se ve mucho mejor y cuando los luchadores saltan fuera del ring casi te caen encima! 😉
A nosotros la entrada nos costó 160 pesos por persona. Una vez dentro se puede comprar cualquier tipo de comida, así que llevaos unos pesos extra para cenar o beber algo o para comprar algún souvenir… como nosotros que nos compramos nuestro muñequito del gran “Carístico”. Sin duda alguna si vais a ver la Lucha Libre mexicana os divertiréis mucho!
Si estáis interesados en ir a un combate, os recomendamos que os leáis el POST Una velada en la lucha libre mexicana para conocer más detalles al respecto.
