Nuestra ruta con la mochila a cuestas durante 6 meses por Asia empezó en Nepal. Sí, íbamos en plan mochilero y nos atrevimos primero de todo con Nepal! Habíamos elegido Nepal como primer destino por su ubicación en el mapa y por poder trazar nuestra ruta de oeste a este de forma algo “natural” por los países asiáticos. Además si queríamos hacer un pequeño trekking por sus montañas, no podíamos retrasar las fechas sino queríamos vernos frenados por la nieve y el frío.
Sin duda alguna lo que más nos gustó fue los días que pasamos caminando por la cordillera de los Annapurnas. Fue una experiencia inolvidable y que nos marcó a los dos. A partir de ahí, nos aficionamos a caminar! Nepal es un país de contrastes e impactante para alguien que no ha pisado Asia antes. Algunos amigos nos llamaron valientes por empezar los seis meses por Nepal, pero supimos que tras Nepal e India, viajar por el resto de Asia sería como coser y cantar.
Como siempre decimos de los países que nos gustaron, nos quedamos con ganas de más y repetiríamos sin dudarlo. Nos gustaría poder llegar a Lumbini donde nació Buda, o al reino de Mustang, o completar el circuito de los Annapurnas… hay tantas cosas por hacer y ver (y caminar!) en Nepal, que un solo viaje no es suficiente para decir que uno lo conoce.
Os dejamos aquí nuestra ruta por nuestra cuenta por Nepal (sin guías ni agencias!) de forma resumida, para que podáis coger alguna idea si estáis planificando vuestro itinerario por Nepal. También tenéis una lista con recomendaciones a tener en cuenta cuando lleguéis al país. Nosotros solo visitamos la ciudad de Katmandú y Pokhara y pasamos la mayor cantidad de días caminando por el circuito de los Annapurnas. De ahí que gran parte de nuestros días en Nepal, fueran en la montaña ; )
KATMANDÚ – BANDIPUR – RAMKOT – BESISAHAR – CIRCUITO DE LOS ANNAPURNAS – POKHARA – regreso a KATMANDÚ – PATAN
Lugares imprescindibles que visitar en tu primer viaje a Nepal
PRIMERA ETAPA: 3 días en Katmandú, recorriendo sus templos y su centro histórico
Tras varias escalas estábamos deseosos de aterrizar en Katmandú. No sabíamos muy bien que nos íbamos a encontrar… pero lo que no esperábamos era que el aeropuerto fuera tal cual aparece en la película “Everest”… Aquí empezaba nuestra aventura y como tal, en vez de coger un taxi como el resto de extranjeros, cogimos un autobús local para llegar a nuestro hotel. Nos alojamos en la zona cercana a Themal Mag, donde están la mayoría de hostales mochileros y la zona de tiendas para equiparse si uno va a hacer algún trekking o ruta de montaña.
Tras llegar al hostal que habíamos reservado a través de booking, decidimos huir y buscarnos otro lugar donde quedarnos. Era literalmente un cuchitril húmedo, oscuro, sucio y en unos bajos de sospechosa construcción. Decidimos que nuestro viaje de 6 meses no podía empezar así. Buscamos en los hoteles cercanos y encontramos una habitación en el hotelito del simpático Manish, en el Green Orchid. Un lugar tranquilo, limpio y con un buen desayuno. Fue nuestro pequeño refugio durante los tres días que recorreríamos la polvorienta y ruidosa Katmandú.
Antes de empezar con nuestra visita turística a la ciudad, nos centramos en tramitar los permisos necesarios para poder hacer nuestra ruta de trekking por el circuito de los Annapurnas. Un trámite obligatorio, no solo recaudatorio sino también por control y seguridad, para todo aquel que se adentra en las rutas senderistas de las montañas de Nepal.
En nuestro primer día en la capital ya con los deberes hechos, visitamos “Swayambhunath”, estupa ubicada sobre una pequeña colina desde la cual se tiene una panorámica inmejorable del valle de Katmandú. Esta estupa es conocidísima por la cantidad de monos que habitan en ella o en el mismo bosque de la colina. Así que más vale que sujetéis bien vuestra mochila o bolso! Es por ello que a esta estupa se le conoce como el Monkey Temple. Para entrar en esta estupa, los extranjeros, tenemos que pagar 200 rupias por persona (1’50€ aprox).
La siguiente visita fue a la “Boudhanath” estupa. Resulta ser uno de los centros budistas más importantes del mundo y una de las estupas más grandes que existen. Fue donde presenciamos por primera vez como los devotos, que dan vueltas a la estupa mientras rezan, dan limosnas a aquellos que piden caridad. El precio de la entrada son 250 rupias por persona (1’90€ aprox).
Por último fuimos al “templo Pashupatinath”, templo hinduista también muy importante a nivel mundial, incluso comparable a lo que es la Meca para los musulmanes. Aquí conocimos a un chico que nos guío por el recinto y nos introdujo en la cultura hinduista. Incluso nos llevó a la zona de crematorios donde veríamos impactados como una familia hindú llevaba a cabo un rito funerario y quemaba el cuerpo del familiar del que se despedían. Fue una introducción algo abrupta que nos dejó perplejos… La entrada al recinto son 1000 rupias por persona (7’50€). El chico que conocimos, como no y como veríamos que sería la tónica habitual, era guía del recinto y nos pidió la voluntad. Le dimos las últimas 600 rupias que llevábamos en el bolsillo y pusimos rumbo a nuestro hostal.
Los días que estuvimos en Katmandú coincidieron con el festival Tihar. Eran días festivos y eso se notaba en el ambiente de las calles. Desde nuestro hostal íbamos a pie al centro de Themal Mag, donde aprovechamos para comprar un mapa para nuestra ruta de trekking y alguna capa más de ropa por si el frío nos pillaba por sorpresa. Deambulando por las calles de Themal era fácil acabar en coloridos y concurridos mercados callejeros.
En uno de nuestros largos paseos llegamos hasta la parte antigua de la ciudad, Durbar Square, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y donde se encuentra el antiguo Palacio Real. La mayoría de edificios y sus fachadas están todavía apuntalados tras el fuerte terremoto que azotó el país en el año 2015.
La entrada a esta plaza es de 1000 rupias por persona (7’50€). Uno puede evitar entrar por los controles principales y acceder por uno de los callejones laterales o traseros… ahí va el atrevimiento de cada uno… La principal atracción de Durbar Square a día de hoy es la estatua de la diosa Hanuman Doka. Es lo único que quedó completamente intacto tras el terremoto, así que imaginaos como los nepalís veneran a esta diosa…
Cuando regresamos a Katmandú tras nuestro paso por las montañas visitamos la zona arqueológica de Patan, ciudad antigua ubicada a tan solo 6 kms. El centro histórico de Patan resulta ser muy similar a la popular Durbar Square, aunque en éste se ven menos turistas… El precio por acceder a Patan es 750 rupias (5’65€).
SEGUNDA ETAPA: Dos días en las auténticas aldeas de Bandipur y Ramkot
Nos habían recomendado pasar un día o dos en el pueblo de Bandipur antes de empezar el circuito de los Annapurnas. Para llegar hasta él, tras perder el autobús matutino dirección Pokhara, tuvimos que negociar asiento en una furgoneta que salía desde la estación de Naya Bus Station en Katmandú. Tras cinco horas en la carretera cogiendo a todo aquel que necesitaba transporte, nos dejaron en el pueblo de Dumre. Ahí nos subimos a otro viejo bus que sorteó una empinada colina hasta llegar a Bandipur. Nada más llegar a esta aldea, le dijimos a nuestra casera que nos guardara la habitación una noche más. Nos sentíamos aliviados por haber dejado la ruidosa Katmandú y sentíamos que ahora sí empezaríamos a conocer el verdadero Nepal.
Nos alojamos en Samira Homestay. Una humilde pensión con unas inmejorables vistas: un balcón directo a la cordillera de los Annapurnas. Su dueña apenas hablaba inglés pero nos recibió con una hospitalidad típica nepalí, nos invitó a un masala té, bebida la cual Luis se haría adicto.
Tras habernos recuperado del tute de las furgonetas y haber disfrutado de la paz matutina de la aldea de Bandipur, decidimos hacer una pequeña excursión y acercarnos al pueblo de al lado, Ramkot. Tras dos horas de caminata y yendo campo a través en algún tramo, llegamos a la aldea y fue como haber viajado en el tiempo. Las casas estaban hechas de piedra, paja y tejados de pizarra, las pieles puestas a secar, las ovejas campaban a sus anchas, sus habitantes estaban atareados moliendo el maíz… Parecíamos dos extraterrestres cruzando esta pequeña aldea. Era una estampa digna de cualquier reportaje de National Geographic.
TERCERA ETAPA: Trekking en Nepal, una semana caminando por el Circuito de los Annapurnas
Cogímos de nuevo autobús local hasta Besisahar, pueblo conocido por ser el punto de partida del popular circuito de trekking de los Annapurnas. Como la obligación manda, sellamos nuestros permisos en la oficina del TIMS (trekkers’ information management system), en el primer checkpoint de la ruta.
En Bandipur conocimos a un catalán que nos había recomendado que una vez en Besisahar cogiéramos un bus hasta el pueblo de Nagdir Bazaar, para saltarnos así los 12 primeros kilómetros de ruta que poco tenían de interesante (calles polvorientas, obras, presas hidráulicas, canteras…). Le hicimos caso y así fue que nuestro trekking por los Annapurnas empezaba en la pequeña aldea de Nagdir Bazaar.
Apenas nos habíamos preparado físicamente para este trekking. Teníamos entendido que era bastante asequible y que podíamos ir avanzando según nuestras fuerzas. Nuestra intención no era completar el circuito, no nos veíamos preparados para hacer aclimataciones, ni llevábamos la ropa ni el material necesario para ello. Queríamos ver si la experiencia de caminar siete días por las montañas nos gustaba.
Queríamos disfrutar sin sufrir y por ello decidimos hacer una media de entre 10 – 13km al día. Íbamos solos, sin guías ni porters, y con nuestras mochilas a cuestas (Rosa con 8 kilos y Luis con 12 kilos). Teníamos claro que al llegar al pueblo de Manang, punto donde las expediciones empiezan con las aclimataciones antes de cruzar el paso de Thorong La a más de 5000 mts, nos daríamos la vuelta para volver a Besisahar. Cada mañana esperábamos a que el sol brillara para empezar a caminar. Madrugar implicaba caminar bajo la sombra y arriesgarnos a que el frío se apoderara de nosotros. Cada dos horas parábamos a beber y a picar algo para mantener nuestras fuerzas. Y cuando llegaba la hora de comer, nos ubicábamos en el mapa para elegir donde pararíamos a dormir.
Uno de los guías nepalís de un grupo con quien nos fuimos cruzando durante la ruta, nos sugirió que pidiéramos habitación en aquellas casas menos concurridas, para poder repartir el trabajo entre los habitantes de las aldeas. Además así, evitaríamos esperar por la cena, por el agua caliente, etc. Buscar alojamiento era muy fácil y no supuso ninguna preocupación durante nuestra ruta. Siempre había quien tuviera una habitación libre en su modesto hotelito. Algunas casas contaban con ducha caliente (a base de gas o placas solares), otras solo con un cazo y un grifo de agua fría, y había quien tenía acogedoras cocinas con chimenea donde calentarse al caer la noche.
Nuestro trekking empezó en Nagdir Bazaar. Íbamos cruzando los llamados checkpoints vigilados por oficiales a quienes les mostrábamos nuestra cartilla con los permisos pertinentes. Pasamos las primeras aldeas, como la fotogénica Ghermu, rodeada por extensos campos de arroz.
Seguimos por Jagat, Chamje, Tal Pedhi y dormirmos la segunda noche en Tal, a unos 1700 metros. Seguíamos caminando a buen ritmo, pasamos Danakuy, Karte, Daraphani y Bagarchad. Llegando a esta última aldea, fue donde por primera vez bajo un cielo despejado, pudimos ver la cordillera de los Annapurnas. Una satisfacción inmensa nos invadió! Seguíamos ascendiendo día a día y a los pocos días ya superamos los 2500 mts de altitud, toda una hazaña para nosotros. Llegamos al animado pueblo de Chame, tras pasar Timand, Tanchouk y Koto. Cruzamos el minúsculo pueblo de Batang, rodeado por campos de manzanos y donde nos tomamos un riquísimo zumo natural de manzana. Al superar los 3000 metros de altitud, íbamos ya tapados con todas nuestras capas de ropa. En el pueblo de Dhujur Pokhari fue la primera vez que tuvimos que refugiarnos en la cocina de la familia para entrar en calor antes de irnos a dormir. Unos bonitos cánticos budistas nos despertaron y nos daban una pista de lo que nos esperaba al cruzar las aldeas de Upper Pisang y Lower Pisang.
Llegamos a Humde y nos parecía haber cambiado de país completamente. El paisaje se había transformado y nos encontrábamos en un valle rocoso, de tonos marrones y con grandes vacas campando a sus anchas. Nos acercábamos a nuestra meta y justo antes de entrar en el pueblo de Manang, unos enormes yaks nos daban la bienvenida.
Lo habíamos conseguido, habíamos llegado a Manang a 3520 metros nosotros dos solos! Nos sentíamos muy satisfechos y muy felices de haber recorrido la mitad del circuito de los Annapurnas. Manang servía como base a la mayoría de excursionistas para hacer las jornadas de aclimatación necesarias, para prepararse y cruzar el paso Thorong La a más de 5000 metros de altitud. Era un pueblo muy animado y donde incluso había un cine donde se proyectaba la película de Brad Pitt «7 años en el Tibet»…
Tras siete soleados días caminando hasta Manang, nos tocaba deshacer camino en un solo día para llegar hasta Besisahar, punto de partida. Así fue como acabamos compartiendo asiento en un viejo jeep indio con un lituano, un israelita, una inglesa y dos nepalís. Fue un trayecto de nueve horas por unas “carreteras” de infarto. Cuando llegamos a Besisahar, dábamos las gracias a todos los dioses por haber llegado sanos y salvos…
CUARTA Y ÚLTIMA ETAPA: Días de relax en el lago de Pokhara
Habíamos oído hablar de Pokhara y nos parecía un buen lugar donde descansar y recuperarnos tras una semana caminando por los Annapurnas. Pokhara era una ciudad conocida por su lago y por ser también otro punto de partida de otras rutas populares de trekking en Nepal, como el Poon Hill. Tras haber dormido en modestas habitaciones y duchado con precarios cazos, nos dimos un pequeño homenaje y nos alojamos en el Hotel Mandap Lakeside, con una habitación enorme, baño occidental con agua caliente y unas despejadas vistas al lago.
Nos dedicamos a pasear por el lago, a hacer la colada, ir al peluquero e incluso aprovechamos para revender material y ropa de montaña que no íbamos a necesitar en los siguientes meses que íbamos a estar viajando por Asia. El lago de Pokhara es un lugar de ocio para muchos nepalís y donde hay gran variedad de actividades. Los más atrevidos pueden incluso hacer parapente sobre el lago!
Fueron dos días tranquilos en los que recuperamos nuestras fuerzas. Debíamos volver a Katmandú para coger nuestro vuelo a la India. Esta vez, no utilizaríamos transporte local, sino que iríamos en un cómodo “tourist bus” hasta la capital de Nepal.
Así fue como poníamos punto y final a nuestros 17 días recorriendo Nepal. Una primera toma de contacto con este país, al que nos gustaría volver para explorar muchas más rutas y circuitos de montaña.
Recomendaciones Prisma tras visitar Nepal:
– La visa para ciudadanos españoles es «on arrival», es decir en el mismo aeropuerto al llegar. Calculad bien los días que estaréis en el país, porque de ello dependerá el visado que os den y las tasas que tengáis que pagar.
– Tened en cuenta en que fechas visitaréis Nepal. Si llegáis en pleno invierno no podréis hacer ninguna ruta de montaña! Nosotros fuimos a mediados de noviembre de 2016.
– Llevad siempre dinero en efectivo (incluso para la visa en el aeropuerto). El pago con tarjeta no es tan popular como en otros países asiáticos… Además no hay tantos cajeros como uno cree y muchas veces no funcionan.
– Para moverse por el país hay numerosas opciones, transporte local, autobuses, taxis, autobuses «para extranjeros», furgonetas… Conviene que comprobéis los horarios y sepáis el precio de antemano.
– Comprobad el calendario de fiestas. A nosotros nos pasó que con la festividad del Tihar muchas tiendas estaban cerradas y muchos transportes no salían…
– Tenéis que probar la cerveza del país, Everest, y comer unos “momos”, plato típico nepalí.
– Si queréis pegaros un pequeño homenaje en Katmandú y cenar bien, incluso comida occidental, preguntad por el Black Olives Café cerca de Themal Mag. Tiene un agradable patio donde suele haber música en directo.
– Si vais a hacer una ruta de trekking, es imprescindible que tramitéis los permisos necesarios con la oficina del TIMS. Llevaros fotografías carnet, dólares en efectivo para pagar parte de las tasas, copia de vuestro seguro de viaje y fotocopia de vuestro pasaporte.
– Dos palabras claves que os abrirán muchas puertas: «Namaste» para saludar y «Dannevat» para dar las gracias.
– Sed precavidos y llevad una pastilla de jabón para lavar la ropa y un rollo de papel de wáter ; )
– El regateo está permitido. Pero id con cuidado y sed sensatos. Porque si “apretáis” demasiado, los nepalís se pueden ofender. Hay que llegar a un acuerdo justo.
Si os interesa leer nuestras primeras sensaciones e impresiones tras dejar Nepal y ver alguna fotografía más, os invitamos a que le echéis un vistazo a nuestro POST Empieza la aventura y a POST Diario de viaje, Caminando por los Annapurnas.
Si como nosotros estás pensando en hacer un trekking una vez en Nepal, aquí tienes nuestro POST Consejos para hacer un trekking por Nepal
Si estáis organizando vuestro viaje al país nepalí y tenéis alguna pregunta, os animamos también a que nos escribáis por aquí ; )
Quiero hacer trekking en Nepal. Por favor sugiéreme el mejor momento para hacer el trekking.
Hola Araua,
Gracias por escribirnos. Siendo una agencia de viajes especializada en Nepal e India, me sorprende que me lo preguntes. No organizáis grupos de trekkings? (https://www.olaviajes.com/nepal/mejor-tiempo-para-visitar-nepal.html ??)
De todos modos estamos encantados de responderte. Nosotros fuimos a mediados de noviembre. Te dejo aquí el link a nuestro diario de nuestro trekking. https://www.prismatravelblog.com/diario-de-viaje-3-caminando-por-los-annapurnas/ Fue una experiencia maravillosa, la que nos encantaría repetir en cuanto sea posible. Tuvimos mucha suerte ya que no nos llovió ningún día, el cielo estuvo siempre despejado, ni una nube, y no hizo excesivo frío.
De todos modos, te aconsejo que eches un vistazo a nuestro otro post: «Consejos e info práctica para hacer un trekking por los Annapurnas, Nepal»
Espero que te haya servido de algo ; )
Si necesitas algo más, aquí estamos : )
saludos,
Rosa&Luis