A poco más de una hora en coche de la entrada sur del Gran Cañón del Colorado se encuentra este pequeño y pintoresco pueblecito americano. Es un pueblo por el que pasaba una de las rutas más míticas del planeta: la Ruta 66. A raíz de la construcción de las nuevas autopistas interestatales este pequeño pueblecito ha visto como el paso de conductores y motoristas ha ido descendiendo. Sin embargo, se trata de un pueblo que ha sabido conservar su esencia y que aún mantiene un aroma especial .
Williams es conocido como punto de salida de trenes – tours que ofrecen la excursión al Gran Cañón. En la entrada del pueblo está la estación del tren. Desde allí se puede comprar un billete de tren para recorrer los casi 100 kilómetros que lo separan del Parque Nacional del Gran Cañón. Si estáis interesados en este recorrido aquí tenéis la página web donde comprar los billetes.
Es un pueblo pequeñito que se recorre dando un paseo en menos de una hora. El centro del pueblo es muy auténtico y sus tiendas, fachadas y casas están muy bien cuidadas y desprenden un look del oeste total.
Es el sitio ideal para pasar la noche si vais a visitar el Gran Cañón del Colorado. En el pueblo hay muchos moteles así que la oferta es muy variada. Nosotros nos quedamos a dormir en el Highlander Motel, probablemente el Motel con el cartel de neón más molón de todo el viaje!
Si estás leyendo este post seguramente te interese leer el POST El Gran Cañón del Colorado: otro sueño cumplido o incluso si estás de ruta el POST Créete un vaquero de western en Monument Valley.